La candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos para albergar el Mundial 2030 está a punto de consolidarse, con el 31 de julio como fecha límite para presentar las sedes definitivas. Tras múltiples reuniones, incluida una en Agadir, se ha decidido que el estadio Santiago Bernabéu de Madrid será el escenario de la final del torneo, reflejando la sólida relación entre el Real Madrid y la FIFA. A pesar de las propuestas de Marruecos debido a las dudas suscitadas en la Federación Española tras la controversia alrededor de Luis Rubiales, la final en el Bernabéu está prácticamente asegurada.
Esta decisión forma parte de un esfuerzo coordinado para asegurar que la candidatura conjunta mantenga su fuerza. España podrá contar con hasta 13 sedes, mientras que algunas sedes de Portugal y Marruecos podrían peligrar. En España, Vigo y Valencia se han sumado a las ciudades aspirantes, después de haber estado inicialmente fuera de consideración. El Consejo Superior de Deportes ha jugado un papel crucial en respaldar la inclusión de estas ciudades, asegurando que ninguna región quede fuera de la oportunidad de participar en este evento histórico.
Portugal y Marruecos, naturalmente, buscan también asegurar el mejor escenario posible para sus sedes. En este sentido, ambos países han negociado intensamente para equilibrar sus intereses y mantener la cohesión de la candidatura conjunta. La colaboración y el compromiso mutuo han sido fundamentales para superar los desafíos y las diferencias que surgieron durante el proceso.
Esta será la primera edición del Mundial que se disputará en tres continentes, con los partidos inaugurales en Argentina, Paraguay y Uruguay. Estos partidos iniciales conmemorarán el centenario del primer Mundial celebrado en Uruguay en 1930, añadiendo un toque histórico y simbólico a la edición de 2030. La inclusión de estas naciones sudamericanas para los partidos inaugurales subraya el carácter global y unificador del fútbol, y resalta la importancia de la historia del deporte.
Conclusión:
La candidatura conjunta ha superado meses de incertidumbre y desafíos, consolidándose como una propuesta fuerte y unida que promete ofrecer un torneo memorable. La distribución equilibrada de las sedes y la decisión de celebrar la final en el Santiago Bernabéu son testamentos del esfuerzo colaborativo entre las federaciones de España, Portugal y Marruecos, y del compromiso de la FIFA con un Mundial inclusivo y global. Este esfuerzo conjunto no solo celebra el pasado del fútbol, sino que también mira hacia el futuro, prometiendo una edición del Mundial que será recordada por su alcance y su espíritu de colaboración internacional.